EL ESPERANTO HOY
Sin duda muchas personas saben sobre la existencia del idioma internacional “Esperanto”,
oyeron o leyeron algo sobre él, e incluso conocieron a algún esperantista. Por lo general, la idea
que muchos tienen sobre esa lengua es que en alguna época, hace mucho tiempo, tuvo bastante
éxito, pero luego decayó el interés sobre ella, y algunos incluso ya la dan por desaparecida.
Vamos a informar cuál es la realidad actual del Esperanto: Es verdad que perdió mucho del
interés que suscitó en la gente en las primeras décadas tras su aparición en 1887. La etapa más
favorable para su difusión fue desde ese año hasta 1914, comienzo de la Primera Guerra
Mundial. El objetivo o finalidad del Esperanto es servir de lengua puente para la comunicación
internacional. “Lengua puente” quiere decir que no pretende reemplazar o suplantar a alguno de
los idiomas existentes, sino facilitar la comunicación entre las personas con diferente lengua
materna. Es, por tanto, una herramienta muy útil en un mundo con gran diversidad de lenguas,
aproximadamente unas seis mil. Una lengua común es cada vez más necesaria para todo tipo de
relaciones humanas y más aún en nuestra época, en la que tanto se desarrollaron los medios
técnicos de transporte, difusión y comunicación.
Conscientes de esa necesidad, las principales potencias europeas de finales del siglo XIX y
comienzos del XX calibraron justamente la importancia y utilidad de un idioma común como el
Esperanto y favorecieron su difusión, tanto más teniendo en cuenta que ninguna de esas
potencias: Francia, Gran Bretaña, Alemania-Austria, Rusia zarista… era bastante poderosa para
imponer a las demás su idioma como lengua puente. En esa época el inglés no tenía la influencia
que hoy tiene. Esa influencia no la adquirió por casualidad; fue paralela al crecimiento y
consolidación de EE.UU. como primera potencia mundial.
Eso significa que, cada vez más, el papel o función que le estaba destinado al Esperanto lo está
desempeñando la lengua inglesa, y esto no es algo que beneficie a la humanidad. El hecho de que
prácticamente en todo el mundo se implante en los planes de estudio el aprendizaje del idioma
inglés es un intento de solución del problema lingüístico, pero es una mala solución. Si a los
efectos de lograr una lengua puente común, fuesen perfectamente intercambiables el Esperanto y
el inglés o cualquier otra lengua nacional, no tendría sentido seguir insistiendo en la promoción
del Esperanto.
Pero es que la sustitución del Esperanto por otra lengua, como la inglesa, no es una buena
solución del problema lingüístico mundial y, como se dijo, la situación actual a ese respecto no
se hizo en favor de todos los pueblos del mundo sino solamente para dar ventaja a la cultura
anglosajona sobre todas las demás. Es una situación de privilegio de unos pocos en detrimento de
la mayoría de los habitantes del planeta. El imperialismo cultural, así como también el
económico, el militar, el político… no debe ser presentado como algo natural e inevitable, sino
como una situación que se debe superar en favor de la humanidad.
Mas no sólo en el tema de la neutralidad merece la pena potenciar la opción del Esperanto frente
al inglés. Está también, y principalmente, la realidad de la facilidad del aprendizaje del idioma. A
este respecto hay que decir que el establecimiento del inglés como lengua internacional más que
facilitar la comunicación humana, la está dificultando. Más que ser un puente entre los pueblos y
las culturas es una barrera. Veamos lo que está ocurriendo tras dos o tres generaciones de
difusión masiva e intensiva del inglés. En la ONU, la UNESCO, UEA, organismos de la Unión
Europea y demás instituciones de ámbito internacional se han de dedicar grandes partidas del
presupuesto disponible para sufragar los gastos de instalaciones de traducción simultánea,
traducción impresa a diversas lenguas nacionales, intérpretes, etc. Esto contrasta con lo que se
experimenta en los Congresos Universales de Esperanto, donde varios millares de personas
procedentes de todos los ángulos del planeta se comunican fluidamente sin ninguna necesidad de